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domingo, 21 de abril de 2024

RANGOS DE GLUCOSA TRAS LAS COMIDAS

 RANGOS DE GLUCOSA TRAS LAS COMIDAS



El valor de la glucosa en sangre a las dos horas después de comer, se conoce con el término de glucemia postprandial (GPP), y es normal que suba temporalmente luego de la ingesta de los alimentos, tanto en personas con o sin diabetes.

En tanto, la Asociación Americana de Diabetes (ADA) define a la glucemia postprandial como la concentración de glucosa plasmática después de comer.

Cuánto es lo normal de glucosa en la sangre después de comer

El valor de la glucosa no es constante, se trate de una persona con o sin diabetes.

Incluso, el valor de glucosa varía según el horario en que se realiza la medición, no es lo mismo realizar un monitoreo antes de comer que dos horas después de las comidas.

En este caso, los rangos saludables varían según se trate de una persona pre-diabética, diabética o sin esta condición.

Ahora, en el caso de la glucosa postprandial, referido al valor de glucosa plasmática obtenido dos horas después de comer, es normal que el azúcar en sangre suba temporalmente, por eso los especialistas indican como rango saludable las siguientes mediciones:

  •  Personas sin diabetes: el valor de glucosa no debe superar los 140 mg/dl.

  • Personas con diabetes: el valor de glucosa no debe superar los 180 mg/dl.

En resumen, estos valores de glucosa serían lo máximo aceptable para después de comer.

Qué valor se considera pico de glucosa


Se considera pico de glucosa cuando los valores de azúcar en sangre superan los 200 mg/dl, pues la persona se encuentra en un cuadro de hiperglucemia que es muy peligroso para la salud, aunque es bastante frecuente en personas con diabetes.

Por este motivo, cuando los valores de glucosa se encuentran demasiado elevados se pueden presentar estas complicaciones:

  • Si la persona con diabetes alcanza valores de glucosa de 240 mg/dl o más, es posible que se desarrolle un cuadro de cetoacidosis diabética, que es la presencia de cetona en la orina o la sangre.

  • Si la persona con diabetes alcanza valores de glucosa de 600 mg/dl o más, puede desarrollar un síndrome diabético hiperosmolar, que se produce cuando el sobrante de glucosa pasa de la sangre a la orina. Esto aumenta las micciones y puede causar un nivel de deshidratación peligroso para la salud.

Qué pasa si tengo 250 de glucosa después de comer

Cuando el nivel de glucemia supera los 200 mg/dl, se considera un nivel alto de glucosa sanguínea. Por lo tanto, cuando una persona alcanza una medición de 250 mg/dl de glucosa después de comer, se habla de un cuadro de hiperglucemia postprandial(HPP).

La hiperglucemia postprandial se refiere a niveles altos en la concentración de glucosa plasmática, dos horas después de las comidas, con un valor mayor de 180 mg/dl.

La hiperglucemia postprandial es un fenómeno bastante habitual en personas con diabetes tipo 1 y 2. Este cuadro se puede producir incluso cuando el control metabólico general mediante la hemoglobina glucosilada, se encuentra en los estándares adecuados tras su evaluación.

Con 250 mg/dl de glucosa después de comer, se debe descartar la presencia de ácidos tóxicos denominados "cetonas" en la orina, lo daría un cuadro de cetoacidosis diabética: una afección que puede provocar un coma diabético e incluso la muerte de la persona con diabetes.


METFORMINA Y DIABETES

METFORMINA Y ALZHEIMER



Este medicamento que se suelen prescribir para controlar la diabetes de tipo II podría tener efectos  protectores contra otras enfermedades relacionadas con el incremento de edad, como el cáncer y la enfermedad de Alzheimer.


Uno de los fármacos que se suelen prescribir para controlar la diabetes de tipo II es la metformina, que en España se comercializa bajo el nombre de Dianben. Este medicamento ayuda a reducir la producción de glucosa en el hígado y retrasa la absorción de esta molécula en el intestino. Pero las continuas investigaciones evidencian que también puede ser beneficiosa para tratar otras enfermedades, e incluso puede contribuir a ralentizar el envejecimiento y, por tanto, prolongar la esperanza de vida.

De hecho, cada vez hay más pruebas que apuntalan que los beneficios de la metformina van más allá de la diabetes y pueden promover un envejecimiento saludable. Hay ya ensayos clínicos de la metformina en la longevidad en marcha y algunos estudios genéticos sugieren que también puede tener efectos protectores contra otras enfermedades relacionadas con el envejecimiento, como el cáncer y la enfermedad de Alzheimer.


Entre quienes han aportado pruebas genéticas de que la metformina podría favorecer un envejecimiento saludable se encuentra un equipo de investigación de la Escuela de Salud Pública de la Facultad de Medicina LKS de la Universidad de Hong Kong.

En España, un ensayo clínico coordinado por la Clínica Universitaria de Navarra busca frenar el envejecimiento acelerado causado por la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) con metformina. En este proyecto participan una quincena de hospitales españoles y cuenta con financiación del Instituto de Salud Carlos III y de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica. La EPOC es una de las principales patologías asociadas al envejecimiento acelerado. Este fenómeno se presenta en los pacientes que la sufren, con destrucción del pulmón o enfisema y pérdida acelerada de la función pulmonar. Asimismo, se asocia al desarrollo de forma prematura de otras enfermedades asociadas al envejecimiento, como las cardiovasculares o el cáncer.

Precisamente, la metformina destacó en el último Congreso de la Sociedad para la Investigación Reproductiva (SRI, por sus siglas en inglés), celebrado el pasado mes de marzo, centrado exponer los últimos avances en investigación que ayudarán a mejorar el escenario reproductivo de las mujeres y parejas que precisen de la reproducción asistida para cumplir su deseo gestacional. Así, según un estudio presentado en ese marco, el tratamiento con metformina disminuye las tasas de aborto clínico y mejora las de bebés nacidos en mujeres en procesos de reproducción asistida con resistencia a la insulina.


Según se expuso en ese congreso, la pérdida recurrente de embarazo afecta aproximadamente al 2-5% de mujeres en edad reproductiva. Y aunque se han descrito otros trastornos, como anomalías cromosómicas y uterinas, desequilibrios endocrinos, factores autoinmunes, complicaciones obstétricas y anomalías metabólicas como posibles causas de la pérdida de embarazo, estudios previos han demostrado que la resistencia a la insulina puede desempeñar un papel importante en la disfunción reproductiva femenina.

domingo, 17 de marzo de 2024

INVESTIGACION PARA CURAR LA DIABETES

 

INVESTIGACION PARA CURAR DIABETES

 Por qué apoyar la investigación en diabetes?

Las células madre en investigación han conseguido restaurar la secreción natural de insulina en modelos animales y los nuevos fármacos, además de controlar el nivel de glucosa en sangre, ayudan a bajar de peso y protegen el corazón y el riñón

 Por qué es todavía necesaria la investigación con modelos animales en  diabetes? - Revista Diabetes

Dos investigadores canadienses, Frederick Banting y Charles Best, descubrieron en 1921 la molécula de la insulina, un hito científico que marcó el inicio de un siglo de innovaciones en el cuidado de la diabetes que han salvado la vida de millones de personas. Leonard Thompson, un niño de 14 años con diabetes tipo 1, fue la primera persona que sorteó una muerte inmediata gracias a la insulina. Un siglo después, la perspectiva de los pacientes ha cambiado radicalmente: los investigadores dan por supuesto que en el futuro hay muchas posibilidades de curar la enfermedad, lo que no pueden precisar es cuándo.

Como en otras enfermedades, la esperanza de curación reside en las células madre. De momento, el objetivo se centra en la diabetes tipo 1. Las investigaciones en modelos animales desarrolladas hasta ahora confirman que se puede lograr la secreción natural de insulina en ratones a los que se ha inducido previamente la enfermedad. Las personas con diabetes tipo 1, y en ocasiones también las que sufren la tipo 2, carecen de las suficientes células beta cuya función es producir insulina para regular el nivel azúcar en la sangre. Hasta ahora no se ha conseguido que el organismo las regenere, pero sí incorporarlas desde otras fuentes.

Los investigadores han cultivado células madre en laboratorio con éxito. El alcance de la investigación lo avanza el vicepresidente de la Unidad de Células Madre de Novo Nordisk, una de las compañías farmacéuticas que investiga en esta línea: “Las células beta implantadas reaccionarían a los niveles de azúcar en sangre de forma similar a las células beta que hay en el páncreas de una persona sin la enfermedad. Cuando hay niveles altos de azúcar en la sangre al comer, las células producen insulina, y viceversa”.

Disponer de un tratamiento que libera a los pacientes de la obligación de administrarse varias veces al día insulina, como ocurre en la diabetes tipo 1, supone un salto impresionante. “Esta modalidad de diabetes se manifiesta en personas jóvenes que conviven con la enfermedad toda la vida y en su evolución pueden aparecer complicaciones como insuficiencia renal, ceguera o cardiopatía que merman su calidad y esperanza de vida”.

En la diabetes tipo 1 el cuerpo es incapaz de producir insulina porque el sistema inmune destruye accidentalmente las células beta. La diabetes tipo 2 se da en edades más avanzadas, a partir de los 45 años, y su origen está vinculado al sedentarismo y la obesidad. Estos factores de riesgo hacen que las células beta funcionen parcialmente y el organismo no produzca suficiente insulina para regular el nivel de glucosa en sangre o se vuelva resistente a ella. La segunda modalidad se controla en la mayoría de los casos con terapia oral, ejercicio físico y dieta, mientras que la diabetes tipo 1 requiere que el paciente se inyecte insulina desde el momento del diagnóstico. Por este motivo y por el hecho de que la diabetes tipo 1 se presenta en edades muy tempranas y la persona que la padece es susceptible de sufrir más secuelas justifican que la investigación se haya iniciado en esta variante de la enfermedad.

¿La investigación en diabetes tipo 1 podría trasladarse a la diabetes tipo 2 que afecta a la mayor parte de las personas con la enfermedad? , “es algo que se planea emprender a partir de los aprendizajes con diabetes tipo 1″. No obstante, la investigación en curso en humanos ha de superar antes un importante escollo: evitar que el sistema inmune ataque las células beta al interpretar que son algo ajeno al organismo, igual que hace cuando un virus o una bacteria intenta penetrar en él. Los investigadores han pensado encapsular las células beta antes de introducirlas en el cuerpo, una defensa que puede ser muy eficaz, sostiene el doctor Merino. “La membrana permite la salida de insulina y la entrada de glucosa y nutrientes, pero no de anticuerpos ni glóbulos blancos que puedan atacar las células beta”.

El resultado obtenido en modelos animales demuestra el valor de apostar por la investigación. Más que un gasto, es una inversión a futuro porque, entre otras cosas, mejora la calidad de vida de los pacientes y supone un ahorro económico para el sistema sanitario porque reduce las complicaciones, algo especialmente importante en enfermedades muy frecuentes, como la diabetes. “La investigación permite ir avanzando en cualquier patología. Sin ella no tendríamos nuevas insulinas o nuevos dispositivos de sensor glucémico, y no estaríamos hablando de células madre como potencial tratamiento”.

Uno de los avances más esperados por los pacientes con diabetes tipo 1 son las insulinas inteligentes que solo harán efecto cuando la glucosa esté alta y se prevé que estén pronto disponibles. Entre las investigaciones farmacológicas desarrolladas en los últimos años que han supuesto un mayor adelanto terapéutico para las personas con diabetes tipo 2 figuran los agonistas del péptido similar al glucagón tipo 1, más conocidos como GLP 1. Sus beneficios alcanzan a todo el cuerpo.

Otro tipo de medicamentos con similares efectos a los GLP 1 son los inhibidores del cotransportador de sodio-glucosa tipo 2 (SGLT-2). Ambos han supuesto un salto cualitativo: “Protegen el corazón y el riñón, que son los dos órganos más afectados en la diabetes tipo 2. Es algo capital. Amén del control de la glucemia, contribuyen al control del peso y a una disminución muy importante del riesgo cardiovascular”.

Desde hace un siglo, cuando se descubrió la insulina cada innovación médica y tecnológica ha facilitado la vida a los pacientes y ha mejorado su salud. Cada avance en el conocimiento de la diabetes ha aportado nuevas esperanzas de una vida plena y saludable. Y ahora, con la investigación en células madre, se da un salto adelante y la ilusión de una curación posible a medio plazo aparece como una certidumbre en el horizonte.

DIABETES Y EJERCICIO

DIABETES Y DEPORTE

 El ejercicio intenso, mejor que el moderado para prevenir la diabetes

La diabetes es una enfermedad que se caracteriza por una mala gestión en el metabolismo de la glucosa, provocando que aumente los niveles de esta en sangre. La glucosa procede de los alimentos que consumimos y la insulina, que es la hormona producida por el páncreas, es la encargada de darle salida para que esta glucosa sea utilizada en las células como fuente de energía, o almacenada en forma de glucógeno. En la diabetes tipo 1 el organismo no produce insulina. En la diabetes tipo 2, la más habitual, si bien existe una alteración en la primera fase de secreción de la insulina, el problema reside en una resistencia tisular (de los tejidos) a la misma. Es decir, que los receptores de las células no responden a su interacción, impidiendo su acción fisiológica. Si esto ocurre, la glucosa no entra en la célula y queda acumulada en la circulación.

 

Una investigación reciente publicada por el Journal Applied Physiology admite que el ejercicio y la inactividad son modificadores de la función de las células beta y el riesgo de diabetes tipo 2. El trabajo analiza los factores que se ponen en juego cuando una persona hace ejercicio, cuando deja de hacerlo y se vuelve inactivo. “Elementos que modifican la secreción de la célula Beta pancreática desde los cambios que el ejercicio o el sedentarismo producen sobre el músculo, hígado, intestino, sistema nervioso autónomo y corteza suprarrenal. La disfunción de la célula Beta pancreática es la primera anomalía que sucede en el comienzo de la diabetes tipo 2. Este estudio refuerza la necesidad de priorizar las acciones en este tipo de pacientes encaminadas aumentar un ejercicio físico sostenible y evitar el sedentarismo.

Estilo de vida

Las causas de la diabetes tipo 2 son múltiples, pero la más frecuente de todas es la disfunción de la célula beta pancreática. “Esto ocurre como consecuencia de factores ambientales que concurren en una persona con cierta predisposición genética. De hecho, la diabetes tipo 2 tiene un componente hereditario mucho mayor que la diabetes tipo 1, pero solo se desarrolla en general si a lo largo de la vida concurren algunas otras circunstancias como el paso de los años (que no podemos modificar) y otros factores modificables: la obesidad, especialmente si la ganancia de grasa es abdominal con aumento de la grasa visceral, el sedentarismo y una alimentación incorrecta. Casi el 90 % de las personas con diabetes tipo 2 tienen sobrepeso u obesidad. Ahí se ve la

. Empezar por pequeños pasos es clave para plantar cara al sedentarismo. Metanálisis admiten que “hay evidencia sólida de que el ejercicio aeróbico regular solo o en combinación con el entrenamiento de fuerza es efectivo para mejorar la calidad de vida en adultos con diabetes tipo 2″. La importancia de ese estilo de vida es clave. “Una persona sedentaria con solo sobrepeso y una alimentación incorrecta tiene muchísimas papeletas de desarrollar una diabetes tipo 2, mientras que una persona activa con una alimentación sana, es muy probable que se pueda defender, aunque tenga sobrepeso y predisposición genética. Los tres factores de estilo de vida influyen no solamente sumatoria, sino exponencialmente. Pero la actividad física y la alimentación sana son cruciales.

Jóvenes hacen deporte sin camiseta en el gimnasio del Espigó del Gas de Barcelona.Albert Garcia (Albert Garcia)

Que la fuerza le acompañe

 Fisioterapia Cranium: Diabetes y ejercicio físico

En este sentido, el entrenamiento de fuerza es clave y habría que perder el miedo a realizarlo de forma supervisada. Organismos como la ACSM (American College of Sports Medicine) lo han incluido entre sus recomendaciones. La alta intensidad tiene mayores efectos beneficiosos que el entrenamiento de fuerza de intensidad baja a moderada en términos de manejo general de la glucosa y atenuación de los niveles de insulina, algo que ya refuerzan metanálisis como el publicado por International Journal of Environmental Research and Public Health.

La organización internacional recomienda realizar ejercicios que impliquen grandes grupos musculares, dos o tres días a la semana, pero nunca en días consecutivos, al 50 % al 69 % de 1RM (repetición máxima), o vigoroso al 70 % al 85 % de 1RM. “En la última década, se ha producido un enorme avance en el conocimiento de los beneficios específicos de la actividad de fuerza, del entrenamiento muscular, frente a la actividad física sin resistencia. La actividad de fuerza mejora la sensibilidad a la insulina, (es decir, atenúa la insulina resistencia), con lo que contribuye de manera importante a disminuir los niveles de glucemia, además de muchos otros efectos beneficiosos a nivel de emocional, cognitivo, metabólico, de incremento de la termogénesis, mejorando además la autonomía funcional de quien lo practica”.

 “Los médicos han recomendado durante mucho tiempo la actividad aeróbica en función del conocimiento disponible, pero actualmente, la evidencia es tan fuerte, que constituye una prioridad, y muy especialmente en mujeres. Pero para ello, nuestros pacientes tienen que perder el miedo al entrenamiento de fuerza porque todavía a veces se asocia el ejercicio de fuerza a riesgo de lesiones, hipertrofia muscular... Para eliminarlo es importantísimo acudir a un especialista en entrenamiento de fuerza que valore la persona, sus capacidades, limitaciones y paute los entrenamientos de manera progresiva, paulatina y sostenible para obtener los inmensos beneficios que este tipo de actividad física produce.

De la teoría a la práctica

Conozca los riesgos del descontrol de la patología y ponga soluciones. “Una diabetes tipo 2 aumenta inmediatamente el riesgo cardiovascular junto a otros riesgos. La enfermedad cardiovascular es la primera causa de muerte en nuestra sociedad, la causa de muerte más frecuente en mujeres mayores de 50 años y con mucho, la causa más frecuente de muerte en la población que padece diabetes tipo 2″, afirma la doctora Vázquez. “Mecanismos complejos en los que la insulinorresistencia y los cambios metabólicos que suceden al tener crónicamente elevada la glucosa en sangre (junto con una mayor prevalencia de hipertensión arterial, elevación de los lípidos, daño renal y daño neurológico) explican la mayor probabilidad de tener alguno evento cardíaco isquémico. Existe una evidencia fuerte de la función preventiva de la actividad física, la alimentación mediterránea y la perdida de grasa junto al tratamiento farmacológico adecuado”.

Tenga en cuenta las recomendaciones de organismos como la ACSM.

  • Compagine ejercicio aeróbico frecuente con entrenamiento de fuerza, preferiblemente a intensidades altas, supervisado por un profesional de la Actividad Física y el Deporte.
  • Se recomienda la autorización médica (y las pruebas de ejercicio) antes de comenzar actividades más vigorosas que caminar rápido para adultos con signos o síntomas de accidente cerebrovascular, mayor duración de la diabetes, edad avanzada u otras complicaciones relacionadas con la diabetes.
  • Las personas no deben comenzar a hacer ejercicio con una glucosa en sangre >250 mg·dL−1 (13,9 mmol·L−1) si hay niveles moderados o altos de sangre o cetonas urinarias. Tenga cuidado durante el entrenamiento con una glucosa en sangre >300 mg·dL−1 (16,7 mmol·L−1) sin exceso de cetonas, manténgase hidratado y comience solo si se siente bien.
  • Se aconseja a las personas que se hidraten adecuadamente bebiendo líquidos adecuados antes, durante y después del ejercicio, así como que eviten hacer ejercicio durante el calor máximo del día o bajo la luz solar directa para evitar el sobrecalentamiento.
  • Particularmente para cualquier persona que use insulina es importante llevar fuentes de carbohidratos de acción rápida durante el entrenamiento para tratar la hipoglucemia y tener glucagón disponible para tratar la hipoglucemia grave (si es propensa a desarrollarla).