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lunes, 27 de febrero de 2023

NIVELES DE GLUCOSA QUE LOS MAYORES DEBEN MANTENER A RAYA

NIVELES DE GLUCOSA QUE LOS MAYORES DEBEN MANTENER A RAYA



El azúcar en sangre, más conocido como glucosa, proviene de los alimentos que consumimos, y que nuestro organismo utiliza como fuente de energía.

Según el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades, explican que los "valores de azúcar en la sangre de 140 mg/dl o menores se consideran normales, los valores de 140 a 199 mg/dl indican que tiene prediabetes y los de 200 mg/dl o mayores indican que tiene diabetes".

Controlar los niveles de azúcar a todas las edades es muy importante, pero en especial en los mayores, que tienen más riesgo de desarrollar diabetes o enfermedades cardiovasculares.

En este sentido, se han publicado estudios donde explican cómo debe ser el tratamiento de diabetes en personas mayores. Lo primero de todo, los profesionales que hagan este seguimiento tienen que hacerlo desde una perspectiva biopsicosocial, ya que cada uno puede ver como aumentan sus niveles de glucosa por distintos motivos.

Los valores que deben controlar los mayores

Como normal general, lo que se recomienda es que sean los propios mayores, los que controlen sus niveles de glucosa con un medidor.



Si no controlamos estos niveles a largo plazo podríamos desarrollar una enfermedad cardiovascular, dañar los nervios, tener insuficiencia renal, si se dañan los vasos sanguíneos de la retina podríamos acabar con ceguera, problemas en los pies, huesos y articulaciones, y tener infecciones en los dientes y encías.

Por otro lado, los factores de riesgo que pueden contribuir a la hiperglucemia son los siguientes:

  • No administrarse suficiente insulina o no consumir otros medicamentos para tratar la diabetes.

  • No inyectarse insulina correctamente o administrarse insulina caducada

  • No seguir el plan de alimentación para la diabetes.

  • No realizar actividad física.

  • Tener una enfermedad o infección.

  • Consumir ciertos medicamentos, como esteroides o inmunosupresores.

  • Tener una lesión o someterse a una cirugía.

  • Experimentar estrés emocional, como problemas familiares o laborales.

Controlando estos niveles, haciendo ejercicio físico y llevando una dieta equilibrada, rica en alimentos como la canela, los huevos, las semillas de chía, la cúrcuma, el yogur griego o las nueces, correremos menos riesgo de padecer diabetes


 

PREDIABETES, COMO CONSEGUIR QUE NO SE CONVIERTA EN DIABETES

PREDIABETES

cómo conseguir que no se convierta en diabetes

Qué es la prediabetes y cómo conseguir que no se convierta en diabetes


Las personas que tienen alterados sus niveles de glucosa pero no llegan a un diagnóstico de diabetes sufren prediabetes.

Si se actúa a tiempo, «aproximadamente entre el 60 y el 70 % de los casos de glucemia se normalizan»



Aunque el paciente no se da cuenta, existe una especie de antesala a la diabetes tipo II. En ella, la persona todavía no es diabética, pero corre el riesgo de serlo en un futuro. «Se define como un incremento de los niveles de azúcar en sangre por encima de lo que se considera normal, pero sin llegar a un diagnóstico de diabetes tipo II».

Para saber cómo se diagnóstica la prediabetes se debe recalcar que existen tres tipos de pruebas que podrán realizarse para determinar los niveles de glucosa en sangre:

1.- glucemia basal, que consiste en un análisis de sangre en ayunas (al menos 8 horas tras la última ingesta de alimentos).

2.- la prueba de tolerancia a la glucosa o curva de azúcar.

3.-la hemoglobina glicosilada (HbA1c), una variante de la hemoglobina normal que aumenta su abundancia cuando hay un exceso de glucosa en la sangre. La proporción de esta representa de manera aproximada el promedio de glucosa en sangre de los últimos dos a tres meses.

De esta forma, el término «prediabetes», se refiere a la presencia de una glucemia basal alterada (GBA), de una intolerancia a la glucosa (ITG) o de ambas condiciones a la vez (GBA+ITG). Todas estas situaciones implican un riesgo elevado de desarrollar diabetes tipo 2 (DM2) y de sufrir complicaciones cardiovasculares. De esta forma, se considera

prediabetes:

  • La detección de una glucosa en ayuno alterada, con una glucemia basal que está entre 110 y 125 mg/dl.

  • Tolerancia a la glucosa alterada, si en una prueba de tolerancia oral a la glucosa a las dos horas presentan una glucemia entre 140 y 200 mg/dl.

  • Basándose en la HbA1c, se considera como «estado prediabético» los niveles entre 5,7% y 6,4% de hemoglobina glicosilada, que sirve como indicador del nivel promedio de glucosa en sangre en los últimos dos meses.

Por lo general, la detección única de uno de estos factores no sirve para realizar un diagnóstico definitivo, por lo que es habitual que se repitan pruebas o se analicen dos distintas para confirmar. 

La detección única de uno de los factores no suele servir para un diagnóstico definitivo. Cinthya Martínez - La Voz de la Salud

Signos de sufrir prediabetes

El doctor recalca que «esta condición no llega de la noche a mañana». Los niveles de azúcar en sangre se van incrementando durante un cierto período de tiempo que puede abarcar «tres, cuatro, seis e incluso diez años». Los signos de alerta suelen llegar con un análisis de sangre porque más allá de eso, no se presentan otros síntomas. 



«El paciente no experimenta ningún signo y eso es lo malo. Lo que se puede llegar a notar es, al realizarse una analítica, que los niveles de glucosa en

sangre se encuentren por encima de 100 y la hemoglobina encapsulada un poco alta», señala Martín. No obstante, el doctor apunta a una serie de síntomas que no tienen que ver con la prediabetes, pero pueden ir asociados: «Como pueden ser tensión alta, colesterol alto, las trasaminadas un poco altas, así como coger un poco de peso, etc. Pero estrictamente que los niveles de azúcar en sangre suban, no se nota en nada. No es como si tienes un diagnóstico de diabetes que entonces ahí ya puedes notar algunos problemas».

Factores de riesgo de padecer prediabetes 

La diabetes tipo 2 puede llegar a prevenirse «ya que la mayoría de los factores de riesgo están relacionados con el estilo de vida». Entre ellos: el exceso de peso; el perímetro de la cintura; una alimentación rica en azúcares, grasas y alimentos ultraprocesados; la edad (ya que el riesgo aumenta a partir de los 45 años); ser de origen étnico no europeo; los antecedentes familiares, porque puede existir un cierto componente genético y la falta de actividad física o sedentarismo. 

«Luego existen otros que afectarían en menor medida, como pueden ser el tabaco, el consumo de alcohol o la falta de sueño, que también aumenta el riesgo»,

Cómo abordar la prediabetes (y prevenir la diabetes)

El principal tratamiento a la hora de abordar la prediabetes es pautar cambios en el estilo de vida. «Actúar no siempre es fácil, porque consiste en cambiar tu estilo de vida»,

La Federación Española de Diabetes (FEDE) proporciona una serie de consejos útiles a la hora de abordar la prediabetes y, por lo tanto, prevenir la diabetes tipo II:

  • Comer frutas y verduras en cada comida. Cada comida principal debería incluir una verdura. La fruta puede comerse como postre pero también como tentempié o merienda saludable.

  • Menos carne roja y más pescado azul. Se aconseja reducir la ingesta de carnes rojas y fiambres, optando por el consumo de proteínas de origen vegetal como legumbres, frutos secos y cereales integrales. También se recomienda una mayor ingesta de pescado (especialmente azul), aves y lácteos bajos en grasa.

  • Evitar el consumo excesivo de grasas saturadas y trans. Las grasas saturadas, como las de origen animal presentes en carnes y lácteos, no son tan saludables como las insaturadas, generalmente de origen vegetal, como el aceite de oliva, el aguacate o los frutos secos. El pescado azul también es una fuente natural de ácidos grasos insaturados omega 3. Por su parte, las grasas trans son ácidos grasos insaturados obtenidos industrialmente por hidrogenación de grasas saturadas y su ingesta eleva el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, por lo que se debería evitar por completo el consumo de este tipo de ingredientes, presentes en repostería industrial, aperitivos y platos preparados.

  • Reducir el consumo de hidratos de carbono. La FEDE recalca que los carbohidratos son necesarios para nuestro organismo, pero que es preferible que estos sean de absorción lenta, por lo que recomienda comer frutas y cereales integrales, en lugar de zumos y harinas refinadas.

  • Evitar las bebidas con azúcar y dulces.

  • Eliminar el tabaco y el alcohol. El consumo de estas sustancias aumenta el riesgo de diabetes, al igual que muchos otros problemas de salud.

  • Realizar actividad física a diario. La OMS recomienda un mínimo de 30 minutos de ejercicio de intensidad moderada al día.

  • Controles periódicos del estado de salud. Puede ayudar a mantener bajo control los niveles de glucosa en la sangre, así como la presión arterial y el colesterol, y tomar las medidas oportunas en caso de que se detecten desviaciones.

«Si se actúa a tiempo, aproximadamente entre el 60 y el 70 % de los casos de glucemia se normalizan»

La vía farmacológica

Otra posible vía de abordaje es la farmacológica, aunque no siempre es necesario recurrir a ella. A la pregunta de cuándo estaría indicada, el doctor Martín, responde que «depende, hay mucha discusión en este campo y opiniones dispares. Existen pacientes que tienen un componente genético fuerte y a pesar de estar delgados y tener un estilo de vida saludable, ves que van camino de la diabetes tipo II poco a poco pasando por la prediabetes».

Así, algunos medicamentos antidianéticos orales, como la metformina, actúan como sensibilizadores a la acción de la insulina, por lo que pueden llegar a recetarse en pacientes que sufren este aumento de la resistencia a esta hormona en el organismo. Al igual que en la prediabetes, también se puede estudiar su administración en casos de obesidad o antecedentes por diabetes gestacional.

Posibles complicaciones de sufrir prediabetes y no tratarla

Además de llegar a desarrollar diabetes tipo II, hay que tener en cuenta una serie de complicaciones asociadas si no se llega a tratar esta prediabetes. «La diabetes tipo II es una enfermedad metabólica, por lo que hay una serie de patologías que van asociadas. Ya sean neurológicas, cardiológicas o de tipo renal. Además, sube la presión arterial, aumenta el riesgo de ictus, de infarto, dislipemia... Todo eso va unido.