PREDIABETES
cómo
conseguir que no se convierta en diabetes
Las
personas que tienen alterados sus niveles de glucosa pero no llegan a
un diagnóstico de diabetes sufren prediabetes.
Si
se actúa a tiempo, «aproximadamente entre el 60 y el 70 % de los
casos de glucemia se normalizan»
Aunque
el paciente no se da cuenta, existe una especie de antesala a la
diabetes
tipo
II. En ella, la persona todavía no es diabética, pero corre el
riesgo de serlo en un futuro. «Se define como un incremento de los
niveles de azúcar en sangre por encima de lo que se considera
normal, pero sin llegar a un diagnóstico de diabetes tipo II».
Para
saber cómo se diagnóstica la prediabetes se debe recalcar que
existen tres tipos de pruebas que podrán realizarse para determinar
los niveles de glucosa en sangre:
1.-
glucemia basal, que consiste en un análisis de sangre en ayunas (al
menos 8 horas tras la última ingesta de alimentos).
2.-
la prueba de tolerancia a la glucosa o curva de azúcar.
3.-la
hemoglobina glicosilada (HbA1c), una variante de la hemoglobina
normal que aumenta su abundancia cuando hay un exceso de glucosa en
la sangre. La proporción de esta representa de manera aproximada el
promedio de glucosa en sangre de los últimos dos a tres meses.
De
esta forma, el término «prediabetes»,
se refiere a la presencia de una glucemia basal alterada (GBA), de
una intolerancia a la glucosa (ITG) o de ambas condiciones a la vez
(GBA+ITG). Todas estas situaciones implican un riesgo elevado de
desarrollar diabetes tipo 2 (DM2) y de sufrir complicaciones
cardiovasculares. De esta forma, se considera
prediabetes:
La
detección de una glucosa en ayuno alterada, con una glucemia basal
que está entre 110 y 125 mg/dl.
Tolerancia
a la glucosa alterada, si en una prueba de tolerancia oral a la
glucosa a las dos horas presentan una glucemia entre 140 y 200
mg/dl.
Basándose
en la HbA1c, se considera como «estado prediabético» los niveles
entre 5,7% y 6,4% de hemoglobina glicosilada, que sirve como
indicador del nivel promedio de glucosa en sangre en los últimos
dos meses.
Por
lo general, la detección única de uno de estos factores no sirve
para realizar un diagnóstico definitivo, por lo que es habitual que
se repitan pruebas o se analicen dos distintas para confirmar.
La
detección única de uno de los factores no suele servir para un
diagnóstico definitivo. Cinthya
Martínez - La Voz de la Salud
Signos
de sufrir prediabetes
El
doctor recalca que «esta condición no llega de la noche a mañana».
Los niveles de azúcar en sangre se van incrementando durante un
cierto período de tiempo que puede abarcar «tres, cuatro, seis e
incluso diez años». Los signos de alerta suelen llegar con un
análisis de sangre porque más allá de eso, no se presentan otros
síntomas.
«El
paciente no experimenta ningún signo y eso es lo malo. Lo que se
puede llegar a notar es, al realizarse una analítica, que los
niveles de glucosa en
sangre
se encuentren por encima de 100 y la hemoglobina encapsulada un poco
alta», señala Martín. No obstante, el doctor apunta a una serie de
síntomas que no tienen que ver con la prediabetes, pero pueden ir
asociados: «Como pueden ser tensión alta, colesterol alto, las
trasaminadas un poco altas, así como coger un poco de peso, etc.
Pero estrictamente que los niveles de azúcar en sangre suban, no se
nota en nada. No es como si tienes un diagnóstico de diabetes que
entonces ahí ya puedes notar algunos problemas».
Factores
de riesgo de padecer prediabetes
La
diabetes tipo 2 puede llegar a prevenirse «ya que la mayoría de los
factores de riesgo están relacionados con el estilo de vida». Entre
ellos: el exceso de peso; el perímetro de la cintura; una
alimentación rica en azúcares, grasas y alimentos ultraprocesados;
la edad (ya que el riesgo aumenta a partir de los 45 años); ser de
origen étnico no europeo; los antecedentes familiares, porque puede
existir un cierto componente genético y la falta de actividad física
o sedentarismo.
«Luego
existen otros que afectarían en menor medida, como pueden ser el
tabaco, el consumo de alcohol o la falta de sueño, que también
aumenta el riesgo»,
Cómo
abordar la prediabetes (y prevenir la diabetes)
El
principal tratamiento a la hora de abordar la prediabetes es pautar
cambios en el estilo de vida. «Actúar no siempre es fácil, porque
consiste en cambiar tu estilo de vida»,
La
Federación Española de Diabetes (FEDE) proporciona una serie de
consejos útiles a la hora de abordar la prediabetes y, por lo tanto,
prevenir la diabetes tipo II:
Comer
frutas y verduras en cada comida. Cada
comida principal debería incluir una verdura. La fruta puede
comerse como postre pero también como tentempié o merienda
saludable.
Menos
carne roja y más pescado azul.
Se aconseja reducir la ingesta de carnes rojas y fiambres, optando
por el consumo de proteínas de origen vegetal como legumbres,
frutos secos y cereales integrales. También se recomienda una mayor
ingesta de pescado (especialmente azul), aves y lácteos bajos en
grasa.
Evitar
el consumo excesivo de grasas saturadas y trans.
Las
grasas saturadas, como las de origen animal presentes en carnes y
lácteos, no son tan saludables como las insaturadas, generalmente
de origen vegetal, como el aceite de oliva, el aguacate o los frutos
secos. El pescado azul también es una fuente natural de ácidos
grasos insaturados omega 3. Por su parte, las grasas trans son
ácidos grasos insaturados obtenidos industrialmente por
hidrogenación de grasas saturadas y su ingesta eleva el riesgo de
sufrir enfermedades cardiovasculares, por lo que se debería evitar
por completo el consumo de este tipo de ingredientes, presentes en
repostería industrial, aperitivos y platos preparados.
Reducir
el consumo de hidratos de carbono. La
FEDE recalca que los carbohidratos son necesarios para nuestro
organismo, pero que es preferible que estos sean de absorción
lenta, por lo que recomienda comer frutas y cereales integrales, en
lugar de zumos y harinas refinadas.
Evitar
las bebidas con azúcar y dulces.
Eliminar
el tabaco y el alcohol. El
consumo de estas sustancias aumenta el riesgo de diabetes, al igual
que muchos otros problemas de salud.
Realizar
actividad física a diario. La
OMS recomienda un mínimo de 30 minutos de ejercicio de intensidad
moderada al día.
Controles
periódicos del estado de salud. Puede
ayudar a mantener bajo control los niveles de glucosa en la sangre,
así como la presión arterial y el colesterol, y tomar las medidas
oportunas en caso de que se detecten desviaciones.
«Si
se actúa a tiempo, aproximadamente entre el 60 y el 70 % de los
casos de glucemia se normalizan»
La
vía farmacológica
Otra
posible vía de abordaje es la farmacológica, aunque no siempre es
necesario recurrir a ella. A la pregunta de cuándo estaría
indicada, el doctor Martín, responde que «depende, hay mucha
discusión en este campo y opiniones dispares. Existen pacientes que
tienen un componente genético fuerte y a pesar de estar delgados y
tener un estilo de vida saludable, ves que van camino de la diabetes
tipo II poco a poco pasando por la prediabetes».
Así,
algunos medicamentos antidianéticos orales, como la metformina,
actúan como sensibilizadores a la acción de la insulina, por lo que
pueden llegar a recetarse en pacientes que sufren este aumento de la
resistencia a esta hormona en el organismo. Al igual que en la
prediabetes, también se puede estudiar su administración en casos
de obesidad o antecedentes por diabetes gestacional.
Posibles
complicaciones de sufrir prediabetes y no tratarla
Además
de llegar a desarrollar diabetes tipo II, hay que tener en cuenta una
serie de complicaciones asociadas si no se llega a tratar esta
prediabetes. «La diabetes tipo II es una enfermedad metabólica, por
lo que hay una serie de patologías que van asociadas. Ya sean
neurológicas, cardiológicas o de tipo renal. Además, sube la
presión arterial, aumenta el riesgo de ictus, de infarto,
dislipemia... Todo eso va unido.