LOS CINCO CAMBIOS QUE ACONSEJAN LOS EXPERTOS PARA LOS DIABETICOS
Pese a ser una de las más enfermedades más prevalentes en la población mundial, todavía hay millones de personas que desconocen que sufren diabetes, un tiempo perdido para cambiar hábitos clave que mejoran notablemente el curso de la enfermedad.
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Mantener un peso adecuado conforme al IMC, apostar por una dieta saludable, hacer ejercicio periódicamente y abandonar hábitos nocivos como el tabaco aseguran un buen control de la diabetes.
La Federación Internacional de Diabetes (FID) estima que una de cada diez personas adultas en el mundo vive con diabetes y que casi la mitad de ellas) no están diagnosticadas. En este escenario, España se sitúa como el segundo país de Europa con mayor prevalencia de esta enfermedad. La diabetes tipo 2 es la más frecuente, y tanto para prevenirla como para controlarla, hay ciertos hábitos básicos que deberían tenerse en cuenta.
Voces expertas en Endocrinología y Nutrición recomiendan pautas que, en realidad, son útiles para toda aquella persona que quiera mantener una vida saludable. Vivir con la diabetes significa tener conciencia de cuál es tu peso adecuado, que debes seguir una dieta saludable, hacer ejercicio y no fumar. Si a esta ecuación puedes sumar el control del estrés, la regulación de la insulina en tu organismo se hará con mayores garantías.
Pierde peso
El peso corporal que se considera saludable o normopeso puede identificarse a través del Índice de Masa Corporal (IMC): cuando éste está entre 18,5 y 24,9 Kg/m2. El sobrepeso y la obesidad son factores determinantes en la aparición de la diabetes tipo 2, de ahí que la reducción de peso sea una de las primeras medidas a tomar y vigilar. Y aunque no se alcance el normopeso, las pérdidas de entre cinco y diez kilos son ya efectivas para mejorar el control metabólico.
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Cambia tu dieta
Disminuir el aporte de grasas saturadas y azúcares y aumentar la ingesta de verduras, frutas y cereales integrales es una estrategia que debería ser asumida por toda la ciudadanía para garantizar una vida saludable. Ante el diagnóstico de diabetes cobra una importancia mayor porque los alimentos nutritivos y ricos en fibra protegerán también el sistema cardiovascular, que sufre más intensamente los vaivenes provocados por un mal control de la enfermedad.
Haz ejercicio de 3 a 5 días por semana
Antes de iniciar cualquier actividad física es necesario valorar la condición del paciente para elegir el ejercicio más adecuado de acuerdo a sus posibilidades.
Ya son conocidos los riesgos que conlleva, de menor a mayor grado, llevar una vida sedentaria. La ausencia de actividad física es inversamente proporcional a un buen estado de salud. Esto no quiere decir que el paciente diabético haga cualquier tipo de ejercicio para estar mejor ya que lo más recomendable es que como primer paso valore su estado y capacidades así como el tipo de ejercicio.
Hay una gran variedad de actividades físicas orientadas al consumo calórico que beneficia a la diabetes: desde pasear a andar en bici o el senderismo. En este sentido, la Organización Mundial de Salud (OMS), aconseja que el ejercicio para personas adultas debe comprender entre 150 a 300 minutos semanales si es de tipo aeróbico moderado, mientras que si es intensas, aconseja que sean de 75 a 150 minutos.
Deja de fumar
Un nuevo informe, elaborado conjuntamente por la OMS, la Federación Internacional de Diabetes (FID) y la Universidad de Newcastle, revela que dejar de fumar puede reducir el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 entre un 30% y un 40%.
Una vez que la diabetes ha sido diagnosticada, hay que tener en cuenta que el tabaco aumenta el riesgo de complicaciones severas del sistema cardiovascular, de sufrir insuficiencia renal o ceguera. También aumenta el riesgo de amputaciones de miembros inferiores, la terrible consecuencia que hoy en día siguen padeciendo muchos pacientes.
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Controla el estrés
También se ha investigado sobre la influencia de las hormonas producidas en respuesta al estrés prolongado en el buen funcionamiento de la insulina. Si esto se produce, el nivel de glucosa en sangre aumenta y con él también el estrés. Un buen descanso y practicar técnicas de relajación pueden ser dos primeros hábitos que consigan resultados muy favorables.