COVID
Y DIABETES
Cualquier infección que se
presente en una persona con diabetes tiene un riesgo doble: por un lado, puede
descompensar la propia diabetes y, por otro, las complicaciones derivadas de
esta infección pueden ser más graves. En el caso contagiarse de la COVID-19
sucede lo mismo, pero ¿qué sabemos hasta ahora y qué recomiendan los expertos?
Al igual que sucedió con las anteriores epidemias por coronavirus, en la
actual pandemia por la enfermedad de coronavirus 2019 (COVID-19), se ha visto
que existe un claro riesgo de descompensación de la diabetes, especialmente
tipo 2. Se sabe que el riesgo de contraer la COVID-19 es mayor en las personas
con diabetes y que la descompensación de la diabetes que genera en estos
pacientes claramente aumenta la gravedad y la mortalidad de la enfermedad. El
por qué sucede todo esto no tiene aún una respuesta clara.
Probablemente, el mayor riesgo de contraer la enfermedad se relacione con
el sistema inmune menos efectivo que tienen generalmente las personas con
diabetes, que les hace más vulnerables a las infecciones.
La razón por la que las complicaciones de la COVID-19 son de mayor gravedad
en personas con diabetes todavía es especulativa y fundamentalmente se basa
en estudios experimentales.
Aureliano
Ruiz pertenece a la Federación Española de Diabetes. Él de hecho padece la de
tipo 1, la que a priori menos complicaciones presenta. Si yo cojo el
COVID y tú lo coges no va a haber mucha diferencia. A mí lo único que se me
puede disparar la glucosa'. El problema está en el que está más
extendido, el 2, que en España padecen más de cinco millones personas de los
que dos ni siquiera lo saben. 'Es gente de mediana edad para arriba que se
encuentran con muchas complicaciones. Suelen tener problemas renales,
cardiacos... con lo que coger el COVID multiplica los riesgos. De
hecho, el 35% de las personas con diabetes de tipo 2 que se infectan de
coronavirus fallecen'. La falta de diagnóstico hace para Aureliano
'que
seamos el mayor club de España'.
Dada esta relación entre COVID-19 y diabetes es importante tener en cuenta
guías y recomendaciones prácticas de actuación. En este sentido, el artículo publicado el pasado 23 de
abril de 2020 por la revista The Lancet es muy relevante, ya que proporciona guías y recomendaciones avaladas
por un amplio panel internacional de expertos en diabetes y endocrinología.
Las principales recomendaciones referentes a la gestión de la enfermedad por
parte de las propias personas con diabetes son las siguientes:
Aquellas personas con diabetes que no han contraído la enfermedad de la
COVID-19 deberían intensificar el
control metabólico como prevención primaria. Además, deberían
utilizar la telemedicina como sistema de contacto con los profesionales, si es
posible.
También se destaca como una medida fundamental en personas con diabetes que no se han contagiado de la
COVID-19 continuar con el mismo tratamiento preestablecido. En el caso
de las personas con diabetes tipo 2 que presentan hipertensión o dislipemia
asociada, es aún más importante que continúen con el tratamiento
antihipertensivo e hipolipemiante que tomaban hasta el momento.
Por último, las personas sin diabetes conocida, pero que tienen factores de
riesgo para la diabetes, deberían monitorizar sus niveles de glucemia si
contraen la enfermedad de la COVID-19.
Estas recomendaciones, basadas en la experiencia de profesionales expertos,
pueden ayudar a reducir el impacto de la COVID-19 en las personas con diabetes.
Pero sin duda lo que será
determinante es reducir al máximo el riesgo de contagio y para ello
es necesario cumplir las medidas de protección que recomiendan las autoridades
sanitarias, ya que estas son tan efectivas en las personas con diabetes como en
aquellas que no la tienen.
De acuerdo con un informe reciente en la
revista Lancet, el riesgo de morir por COVID-19 es un 50% más alto
para las personas con diabetes que para aquellos que no sufren de esta
enfermedad. Para tener una idea del por qué, los investigadores están
analizando el papel que desempeña la glucosa en la sangre.
"Se cree —y esto es muy preliminar— que las
personas con niveles descontrolados de azúcar en la sangre pueden ser más
susceptibles a los efectos de la COVID-19, en parte por la manera en que el
virus entra a nuestras células", comenta la Dra. Emily Nosova, médica
becaria en endocrinología en la Facultad de Medicina Icahn en Mount Sinai, en
la ciudad de Nueva York. "Cuando a alguien con diabetes se le diagnostica
COVID-19, incluso si tienen síntomas leves y la posibilidad de recuperarse en
casa, se han observado patrones irregulares de azúcar en la sangre; ya sea
aumentos o descensos drásticos".
Los niveles bajos de glucosa aumentan el riesgo
de un trastorno potencialmente mortal conocido como cetoacidosis diabética
(CAD), que dificulta controlar la ingesta de líquidos y los niveles de
electrolitos, dos factores clave para prevenir la sepsis, una complicación de
la COVID-19 que podría ser mortal. Los altos niveles de glucosa también pueden
impedir que se liberen glóbulos blancos que combaten infecciones, lo que
aumenta aún más el riesgo de contraer una infección.
En el caso de los diabéticos que contraen el
coronavirus, "la glucosa en la sangre se debe controlar al igual que todo
lo demás", comenta la Dra. Anne Peters, profesora de medicina clínica en
la Facultad de Medicina Keck en University of Southern California (USC) y
directora de los Clinical Diabetes Programs en la misma institución.
"Tienen que asegurar que sus niveles de azúcar en la sangre no sean ni muy
altos ni muy bajos. Si son muy bajos, pueden perder el conocimiento; los
niveles muy altos pueden provocar que las células del cuerpo que combaten
infecciones no funcionen como deben".
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