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viernes, 22 de octubre de 2021

HÁBITOS DE VIDA EN LAS PERSONAS CON DIABETES

Lo más importante en los programas para la prevención y el control de la diabetes es la modificación de hábitos de vida, ya que por si solos pueden ser suficientes para el control de la glucemia. Dos pilares fundamentales de unos hábitos de vida saludable son la alimentación y el ejercicio, siempre orientados a bajar el peso y mantener un control metabólico aceptable. Pero también hay que incidir en el abandono de los hábitos de vida nocivos para la salud, como son el alcohol y el tabaco, ya que pueden resultar más importantes aún. 

Los hábitos de vida se dividen en:  

Saludables

Alimentación sana y equilibrada: las personas con prediabetes o diabetes tienen que recibir una terapia nutricional individualizada para lograr objetivos terapéuticos. Las personas que estan en un riesgo elevado de diabetes tipo 2 deben incidir en cambios de estilo de vida que incluyan la pérdida de peso moderada mediante dietas hipocalóricas. 

Para los que tienen diagnosticado diabetes, una alimentación sana y equilibrada es imprescindible para mejorar el control metabólico y reducir las complicaciones.  

Ejercicio físico: tanto para las personas con riesgo de padecer diabetes como para los ya diagnosticados la realización de actividad física regular, siempre acorde a las condiciones físicas de cada uno, es de gran importancia. Esta confirmado que la realización de ejercicio físico en el diabético conlleva que se pueda llevar el control de los niveles de glucosa con menores dosis de insulina, ya que mejora la sensibilidad de la insulina. También tiene efectos favorables sobre la hipertensión arterial y otros factores de riesgo cardiovascular.  

Nocivos  

Tabaquismo: es una recomendación prioritaria el aconsejar a todos los diabéticos que dejen de fumar, ya que es un factor independiente de riesgo de diabetes, pudiendo causar diabetes tipo 2 sin existir otros factores asociados a la diabetes. 

Los fumadores tienen muchas más probabilidades de padecer diabetes que los que no fuman. Y los diabéticos fumadores tienen mas dificultades para el control y la dosificación de la insulina. 

Además fumar aumenta el riesgo de complicaciones vasculares, y aumenta las probabilidades del desarrollo de neuropatía y pie diabético, aumentando así el riesgo de amputación.  

Alcohol: aunque no está completamente prohibido, excepto para los que sufran alguna complicación, es aconsejable no ingerir alcohol, ya que impide la producción de glucosa en el hígado. Este órgano tiene la capacidad de liberar glucosa a partir del glucógeno almacenado en él, pero cuando se agotan estos depósitos puede aparecer la hipoglucemia, hay que tener en cuenta que una persona sin ningún tipo de enfermedad metaboliza 0’1 gramos de alcohol por kilogramo de peso y hora, si se supera esta ingesta, el exceso de alcohol pasa a la sangre, cuando entra en la sangre, se convierte en un tóxico que el hígado intenta eliminar, de tal forma que mientras metaboliza al alcohol, deja de metabolizar la glucosa, pudiendo desencadenar en la persona con diabetes una hipoglucemia, esta eliminación lenta del alcohol, por la noche o a últimas horas de la tarde, hace que el riesgo de hipoglucemia nocturna sea elevado.  

Stress: al estar estresado el cuerpo se prepara a sí mismo para asegurarse de tener suficiente glucosa o energía listas y disponibles, por ello, los niveles de insulina caen, los niveles de glucagón y adrenalina se elevan y se libera más glucosa desde el hígado. Al mismo tiempo, se elevan los niveles de la hormona de crecimiento y cortisol, lo que hace que los tejidos del cuerpo (músculos y grasa) sean menos sensibles a la insulina. Como resultado, hay más glucosa disponible en sangre. 

Así pues un stress mantenido en una persona con diabetes puede provocar una elevación sostenida de la glucosa en sangre muy difícil de controlar, o bajadas, por agotamiento hormonal o de producción. Pero también puede tener un efecto indirecto en la diabetes, al causar cambios de comportamiento, de los hábitos, rutinas, acciones y perspectivas saludables, a unos no saludables. Por ello es imprescindible en las personas con diabetes seguir una terapia de control del stress.

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