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domingo, 15 de mayo de 2022

 MENOPAUSIA Y DIABETES.


Más de la mitad de las personas con diabetes tipo 2 son mujeres. El perfil es mujer con sobrepeso y obesidad, asociada a hipertensión, con vida sedentaria y mal control diabético y poco control de la hipertensión por dejadez en el seguimiento de los tratamientos. La edad más habitual en el diagnóstico de diabetes tipo 2 suele ser a los 55-60 años.

El verdadero problema no es la aceptación de la enfermedad por parte de las mujeres sino aceptar las limitaciones que produce.

La diabetes es una enfermedad indolente y el paciente requiere de tiempo para que se mentalice de la importancia del seguimiento y control, y de sus complicaciones.

Cuando una persona se entera de que es diabética, se puede poner nerviosa por tener que medicarse y hacerse pruebas cada día, y asustarse por cómo afectará la diabetes a su salud en el futuro.

Al principio, casi todo el mundo cree que nunca será capaz de medirse la concentración de azúcar en sangre ni de inyectarse la insulina que necesita para mantenerse sano. Hablar con su médico y su enfermera son claves para despejar muchas dudas.


Factores de riesgo asociados


La principal peculiaridad que tienen las mujeres con respecto a los hombres es definida por la menopausia. Hasta la llegada de la menopausia la asociación con otros factores de riesgo cardiovascular es menor en la mujer que en el hombre. Sin embargo, a partir de este cambio hormonal, la asociación de otros factores de riesgo cardiovascular va incrementándose en la medida en que la mujer llega a superar al varón, siendo especialmente importante prestar atención a la prevención, y en su caso tratamiento, de hipertensión arterial, hipercolesterolemia y sobrepeso.

En general, las mujeres tardan más en controlarse pues para muchas de ellas conseguir perder peso y realizar un ejercicio regular es muy complicado por el trabajo fuera y dentro de casa. Otra peculiaridad que presenta la mujer es que debutan como diabéticas con cifras más elevadas que los hombres en la hemoglobina glicadas y muchas veces necesitan asociación de dos o más antidiabéticos.


Menos actividad física


Las mujeres diabéticas tipo 2 tienden a ser menos activas físicamente que los hombres, pero suelen realizar más estrictamente las recomendaciones dietéticas y la monitorización de los controles de glucemia. Suelen consumir más verduras y frutas y menos alimentos ricos en grasas.

Pero la menopausia interfieren en el control de su diabetes. Supone mucho cambio hormonal, con los característicos síntomas de cambio de humor, insomnio, aumento de peso, sofocos,… Por eso, la información y el control médico serán fundamentales para controlar la diabetes en la menopausia.

Y es que la reducción de estrógenos afecta y mucho a los niveles de glucosa en sangre. Además, la fatiga propia de la menopausia y la reducción de la actividad física pueden acentuar la diabetes tipo 2. En cualquier caso, es fundamental que las diabéticas acudan a revisión médica en cuanto noten los primeros síntomas de la menopausia. Otro problema que se acentúa en el caso de la diabetes en la menopausia son las infecciones vaginales, pero con el debido cuidado se puede hacer frente a la situación. Es posible que los sofocos y las sudoraciones nocturnas le mantengan despierta por la noche, lo que hace que la falta de sueño dificulte el control del nivel de azúcar en sangre.


Estilo de vida


En relación al estilo de vida, los hombres suelen tener comportamientos menos saludables, ya que tienen significativamente un menor control alimentario y no realizan los exámenes de laboratorio referentes al perfil lipídico con la frecuencia recomendada. Pero las mujeres, sobre todo en la menopausia, presentan mayor obesidad y un metabolismo de edad avanzada que les hace desmotivarse porque les cuesta más perder peso, aunque donde se aprecia mayor abandono por parte de las mujeres es en la actividad física.


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