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miércoles, 28 de septiembre de 2022

DEMENCIA: PREVENCIÓN Y DETECCIÓN

Conocemos como demencia de forma general a la pérdida de memoria y de otras habilidades intelectuales, llegando a afectar a la vida diaria. Estas alteraciones son consecuencia de la muerte de un tipo de células del cerebro, las neuronas. La demencia más común es la conocida como Alzheimer. Existen además demencias de otro tipo como la demencia vascular, causada por interrupción o disminución del flujo de sangre al cerebro, demencia por Parkinson,… 

Estos problemas de memoria, razonamiento y comportamiento, no tienen relación con el envejecimiento natural. 

Inicialmente apreciamos desorientación en tiempo y/o espacio. Posteriormente la situación se agrava con pérdidas de memoria, dificultad para resolver operaciones sencillas, descoordinación de movimientos, dificultad para reconocer a gente cercana, para expresarse o seguir una conversación. Todo ello ocasiona una pérdida de autonomía. La evolución de la enfermedad es progresiva e irreversible, y los déficits cognitivos se agravan de forma progresiva. 


Factores de riesgo: 

  • Edad. 
  • Antecedentes familiares de demencia. 
  • El padecer enfermedades cardiacas o vasculares, diabetes, colesterol elevado, hipertensión arterial, aumenta la probabilidad de padecer demencia. 
  • Reduciremos el riesgo de padecer demencia: llevando una dieta saludable, una vida activa y,  evitando el consumo de alcohol y tabaco. 

Prevención del deterioro cognitivo: 

Aunque no existe un tratamiento eficaz o un método de prevención comprobado para la enfermedad de Alzheimer y las demencias relacionadas, por lo general, llevar un estilo de vida saludable puede ayudar a abordar los factores de riesgo que se han asociado con estas enfermedades. 

  • Mantener la mente activa, la estimulación mental y el entrenamiento cognitivo es útil.  
  • Llevar una vida activa, realizando una actividad física de forma regular. 
  • Alimentación saludable: una dieta que incluya frutas, verduras, pescado, cereales, aceites en crudo y escasa cantidad de sal y grasas saturadas. 
  • Buen control de factores de riesgo cardiovascular: la hipertensión, diabetes y el sobrepeso, se asocian a un mayor riesgo de padecer demencia, por lo que se recomienda tener controladas estas patologías. 
  • Reducción del estrés: la ansiedad y el estrés tienen efectos negativos sobre la memoria. 
  • Sueño y descanso: un buen descanso de forma habitual, tiene efectos positivos sobre la memoria.  
  • La pérdida auditiva puede afectar la cognición y el riesgo de demencia en los adultos mayores y puede dificultar la interacción con los demás. 
  • Evite lesiones en la cabeza. Tome medidas para evitar caídas y lesiones en la cabeza, como cerciorarse de que su casa sea segura contra las caídas y usar zapatos con suelas antideslizantes que apoyen completamente los pies.

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