PRODUCTOS SIN AZÚCARES AÑADIDOS.
A la hora de seleccionar nuestros productos, para la cesta de la
compra, tenemos que tener cuidados con los
etiquetados.Especialmente los pacientes diabéticos.Esta es una
alerta de la OCU.
El azúcar añadido puede aparecer en el etiquetado nutricional bajo
muy distintos nombres en función de cómo se haya producido. Y
aunque el resultado es el mismo, estos jarabes, siropes y demás
compuestos con nombres difíciles de desentrañar para el
consumidor se multiplican en los productos ultraprocesados. Tal es
el caso de la fructosa y sus derivados: aunque por su nombre
puede parecer un azúcar natural e intrínseco, y generalmente
saludable como el de la fruta entera, en realidad se trata de uno de
los peores aditivos que podemos consumir.
La fructosa es barata de producir, y se ha convertido desde hace
décadas en un ingrediente predominante en la denominada 'dieta
occidental'. Es uno de los factores que relacionan el consumo de
bebidas azucaradas con la epidemia de enfermedades metabólicas
y obesidad que azota al mundo industrializado. Sin embargo, más
allá de la ganancia de peso y el riesgo de diabetes, este azúcar
añadido está aumentando la incidencia de la enfermedad
de hígado graso no alcohólico.
Además, los investigadores explican que el consumo de fructosa
también puede desencadenar un aumento en los niveles de
colesterol y grasa abdominal, aumentando el riesgo de trastornos
cardíacos. Teniendo en consideración todos estos aspectos, la
denuncia de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU)
es especialmente grave: hay productos anunciándose como 'sin
azúcar' o 'sin azúcar añadido' que sí incluyen fructosa, engañando
al comprador y poniendo en peligro su salud.
"En OCU Salud recogemos el caso de un jengibre deshidratado
envasado que se anuncia como un producto 'sin azúcar'... cuando
no es así", denuncian desde la Organización. "Pretender que un
producto que lleva un 10% de fructosa añadida es un producto sin
azúcar es algo que #Nocuela", añaden, en referencia a su
campaña en redes para advertir de los eslóganes alimentarios que
faltan a la verdad.
El problema, en el caso del producto, es doble. En primer lugar,
porque se anuncia como 'sin azúcar', algo que no es posible por su
propia naturaleza. "La fructosa es el hidrato de carbono
característico de la fruta, que también está presente en la miel. Su
estructura química es parecida a la de la glucosa, y cuando se
unen las dos, forman sacarosa, el azúcar común. En el caso del
jengibre, siendo un vegetal, es lógico que contenga fructosa",
explican.
Por tanto, debería presentarse como 'sin azúcar añadido', ya que
no puede evitar declarar el que contiene de forma natural. Sin
embargo, si aparece en la lista de ingredientes es porque
efectivamente se ha añadido a posteriori. "Indicar 'sin azúcar' en
este tipo de productos supone un incumplimiento claro de la
normativa, pues solo pueden declarar que no llevan azúcar añadido
aquellos productos a los que no se ha añadido ningún
monosacárido (glucosa, fructosa, etc.), disacárido (sacarosa,
lactosa, etc.) o alimento con función edulcorante (como la miel, la
melaza, el jarabe de arce, etc..).”.
Recordemos que precisamente esa normativa estaba en el meollo
de la polémica por la crema de cacao 'real food' de Carlos Ríos:
contenía dátil y castaña como edulcorantes, por lo que no podría
presentarse como 'sin azúcar' o 'sin azúcar añadido' por muy
naturales que fueran los ingredientes. En cualquier caso, son
productos preferibles a la fructosa, recuerda la OCU: "No
debe añadirse de forma indiscriminada, pues hay que tener en
cuenta que en dosis elevadas puede dar lugar a complicaciones
metabólicas (dislipemia, resistencia a la insulina o adiposidad
visceral, por ejemplo)".
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